Los días sin fútbol

Calor, sol y playa son antónimos de fútbol. Sí, al menos competición. La adrenalina se evapora al subir las temperaturas, el termómetro de tensión desciende hasta los niveles más bajos. El hincha siente un vacío semanal, los amistosos o partidos de selecciones (este año no hay Mundial ni Eurocopa) no tienen la audiencia que genera la competición pura y dura. Buscamos dopamina por otro lado.

Las elecciones en el Barça, el tambalear de las leyendas en Madrid  (la marcha de Casillas y el forcejeo de Ramos con Florentino), y los fichajes en general han rellenado los periódicos, haciendo de sal en plato desabrido. Las giras por todo el mundo de la mayoría de equipos deslucen el juego en la cancha, se busca marketing, no fútbol. Negocios de verano.

Caras nuevas en los equipos: Ilusionados imberbes ascendidos al primer ‘team’ o nuevos militantes de los equipos, ya sean estrellas o complementos. Todos tienen la esperanza del éxito en la temporada que ya preparan. Los seguidores, bajo la sombrilla, entre mojito y mojito, empiezan a hacer hipotéticas alineaciones de sus equipos y pronósticos, avezados o temerosos. Se presentan los calendarios de lo que viene y las cábalas pertinentes.

Nunca se deja de hablar de fútbol. La mente del hincha siempre está conectada a este deporte. Me pregunto qué pasaría si el fútbol, de pronto, dejara de existir. Muchos no estamos programados para ello, tendríamos que inventarlo. El verano se acaba. Las ‘colas’ de la ‘operación retorno’ repletas de coches, muchas con el transistor radiando los primeros partidos de competición. Se acaban las vacaciones, vuelve el fútbol, vuelve la vida normal.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s